Para una marca tan especial y personal, donde el mundo del vino sería su hogar y la venta de vinos debía estar a la altura, no podía permitirme realizar un trabajo rápido y de baja calidad. Tenía que diseñar algo impecable, minimalista y atractivo, pero también que lograra vender. Era un desafío realmente complicado, pero afortunadamente, mi mente creativa me ayudó a superar este obstáculo.

Cada vez que veo el diseño, me siento orgullosa de haber creado algo que, a pesar de los años transcurridos, aún conserva su identidad y no ha quedado obsoleto. La combinación de limpieza, minimalismo y atractivo se ha mantenido fresca y relevante con el paso del tiempo. Es un testimonio del esfuerzo y la dedicación que invertí en cada detalle.

Este proyecto ha sido una experiencia enriquecedora y un recordatorio constante de la importancia de mantenerse fiel a la visión original. A medida que avanzo en mi carrera como diseñadora, me inspira saber que puedo crear trabajos duraderos y atemporales que sigan resonando con la audiencia.